jueves, 29 de febrero de 2024

Segunda Vez

 Todos romantizamos las primeras veces, por alguna razón siempre hablamos de esa primera vez, de la adrenalina que nos dejó un nuevo inicio, conocer algo nuevo, cuando vivimos la primera oportunidad. Siempre es mejor ser la primera generación de lo que sea, porque a la segunda casi nadie la recuerda, porque uno ya espera, ya conoce. 

Sin embargo, hoy es mi segunda vez, mi segunda vez frente a un auditorio rudo, de señores que no me conocen, que probablemente no les importe lo que yo les diga, pues en su mundo de números sólo están pensando en las personas, en cómo hacerle para que permanezca su legado, su historia, su gran historia, de la que cual yo me siento agradecido de formar parte, porque en serio me han brindado oportunidades que no veía posibles. 

Hoy honro esta segunda vez, porque es esa nueva oportunidad para volver a confrontar, para presentar cosas en las que he trabajado casi ocho años; en la extensión a esos seis meses que quería trabajar en esta compañía. Hoy más que nunca, estoy convencido, que con mis actos, con mis palabras, con mis ideas, con mi convencimiento, puedo cambiar grandes vidas. 

Hace un rato que hablaba con Gaby y que le preguntaba por los regalos de aniversario para los trabajadores, no pude evitar sonreir la cara de ese padre de familia que llevará una televisión enorme a sus casas, de esa mamá que lucirá un artículo de joyería fina por haberle regalado la vida a esta organización; de ese valiente padre que le donará una motocicleta a su hijo. Hoy más que nunca, me siento orgulloso de pertenecer, me siento orgulloso de dónde estoy, me siento orgulloso de esta segunda oportunidad y me doy el permiso de hacerlo bien. 

Hoy es el día en el que voy a confrontar mis miedos, demostrar quién soy, recordar que lo que hace bonito a un camino son sus relieves y cuando vives en una planicie, el paisaje se vuelve aún mejor. Hoy soy afortunado por tener la oportunidad de tener voz, de involucrarme en tantos proyectos y poder compartir mi luz con otros. 

Estoy donde merezco estar, estoy convencido que la divinidad me ha dado las armas pero mi esfuerzo, dedicación y sacrificio han hecho la otra parte. Hoy repito como si fuera esa segunda vez: que Dios bendiga a Dios y que la vida bendiga aquello que es muy valioso para poderse vivir. Creo en mí. 

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