martes, 15 de septiembre de 2015

Un amico e cossi

Algunas personas son especiales, porque lo son, sin razones, sin porqués, sin dudas, sólo por el simple hecho de ser ellos mismos. Eso me pasa con Laly, ya son muchos años de amistad, más de 10, no llevo la cuenta, ni me importa, recuerdo que la primera vez que la vi, me cayó mal, sólo me acuerdo que esa minifalda negra, me hacía mucho ruido. 

Sin embargo, el camión, el apostolado, el tiempo y el hecho que cumpliera años con un día de diferencia a mi, hicieron lo suyo y sin darnos cuenta nos unieron cada vez más. Con el tiempo he entendido que a la gente que quiero, la molesto y mientras más quiero a la gente, más la molesto, más juguetón me vuelvo y sí, Laly siempre ha sido mi botana favorita. 

Podría recordar miles de anécdotas desde el inolvidable aneurisma convertido en "hemorroide" hasta el sorprendente "mause" para el cabello. Aún recuerdo cuando cada día era una nueva aventura, ya sea en la playa, en el parque de la esquina de la casa o comiendo tacos en algún lugar. 

Nuestro deporte extremo era el timbre del teléfono ante el clásico "vístete que en cinco minutos estoy en  tu casa", no importaba a dónde fuéramos, lo importante era estar juntos, era salir, era convivir, era pasar el tiempo sin más ni más. 

A muchos años de distancia, me siento afortunado al sentir que esa misma química sigue intacta, como si el tiempo se hubiera detenido en nosotros, con otras historias para contarnos, pero con el cariño más fuerte que nunca. Gracias Laly, gracias por enseñarme "que en las cosas que vives, yo también viviré". Te amo

lunes, 14 de septiembre de 2015

Así es la Vida

Hoy todo parecía que sería uno de esos días en los que tenía ganas de estar triste, solo, abandonado, deprimido por el mundo, sufriendo por todas esas miles de cosas que no tengo, que no han llegado, que no llegarán. 

Tenía ganas de sufrir, por quien me dejó, por quien me ignoró, por quien quise y no me quiso de vuelta, por quien me quiso y nunca amé, por el que me miró feo, por quien me saludó y al final me traicionó, en fin, creo que podría enumerar miles de historias donde el protagonista malquerido sea yo mismo, pero al final, mejor decidí dejarlo "para otro día". 

Sé que este post es una de esas cosas retóricas que me encanta escribir, donde cuento cosas que siento y que no siento, pero la verdad, me siento muy feliz de la emoción que estoy sintiendo, por esa vaga melancolía que a veces me invade, porque sé que en el fondo eso significa que aún no soy un ser tan superficial en este mundo, aún me importan, aún me duelen las cosas. 

Espero, espero y sigo esperando, sin embargo, ya no quiero películas de Disney, o tampoco comedias románticas, más bien ahora me conformo con películas más crudas, algo así como las películas mexicanas, como esas donde se retrata la vida, esas donde la gente buena le va mal, pero a pesar de todo, siguen sonriendo y esperando que algún día todo mejore. 


jueves, 10 de septiembre de 2015

Feliz Cumpleaños


Hoy cuando manejaba rumbo al pueblo que Dios me encomendó, venía pensando mientras cantaba la de “Amores Extraños” a mis extremos 80 kilómetros por hora, en lo relativo que es el tiempo.

 Hay personas con las que podemos pasar toda la vida y sin embargo, saber poco de ellas, mientras existen otras que conocimos hace relativamente poco tiempo, pero que a pesar de ello, se han vuelto pieza fundamental de nuestro quehacer diario.

El ejemplo digno de ello sin duda es mi pequeña, nueva, disfuncional y encantadora nueva familia a la que hace cuatro meses decidí unirme, esa de dos primas locas que adoptaron al amigo loco, para vivir miles de locuras a su lado. Cualquiera que supiera nuestra historia diría, que en serio, nos urge un psiquiatra, obviamente, estaríamos dispuestos a responder: “no estoy loco, no estoy loco, no estoy loco sólo estoy… desesperado”.

En fin, en este nuevo mundo de armonía y desorden habitual como el cuarto de la Pilla, ha habido alguien que sin querer, se ha ganado a pulso nuestro cariño y admiración, a pesar de la seriedad que emana detrás de esos anteojos que lo muestran como niño bueno, a pesar que con playera se ve como de 23.

 A pesar que nos levanta a las 5:30 de la mañana los domingos para correr 5 kilómetros y luego tragarnos una torta de cochinita que tanto trabajo nos cuesta quemar, nos ha encantado con su compañía, su humildad y sobre todo por la felicidad que le produce a nuestra querida Hembra Mala.

En lo personal, no creo en las casualidades, soy de esa gente excéntrica que aún cree que las cosas pasan por algo y al más puro de estilo de Santo Tomás de Aquino, creo firmemente que esos momentos sólo son obra de Dios. Gracias por los buenos, los malos y los regulares, por hacernos reír y compartirnos lo poco o lo mucho de tu tiempo, sabes que aunque te corras y escondas, eres parte de esta pequeña gran familia disfuncional como cualquiera.

¡Felices 33, sabemos que este es tu año! La Pilla, la Hembra Mala y yo, deseamos de todo corazón que todos tus sueños, se hagan realidad.  

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